Un día llegó al país de Nunca Jamás un niño de pelo azul, con ojos negros; se llamaba Logan.
No sabía como había llegado allí, pero, buscando a alguien que le ayudase encontró a los niños perdidos, ellos le empezaron a lanzar cocos porque no le conocían hasta que de repente apareció un niño pelirrojo vestido de verde acompañado de una niña de vestido azul y pelo marrón con ojos azules y tras ellos había un hada. Ellos eran Peter Pan, Wendy y el hada era Campanilla.
A Logan le brillaron os ojos, se acercó a Wendy, la abrazó y dijo:
-Hace tanto que no nos vemos, ¿qué tal estas?
Al parecer Logan y Wendy se conocían desde hace años y eran muy buenos amigos, Peter estaba confundido y le susurraba algo a Campanilla.
Logan se fue con ellos a la guarida del árbol y allí, junto con Wendy, contó a los demás los recuerdos que tenía con Wendy, a Peter no parecía gustarle nada, estaba celoso y quería deshacerse de Logan.
Él y Campanilla llevaron a "buscar un tesoro" y le dejaron abandonado en el bosque, allí se encontró con El Capitán Garfio y le contó todo lo que había pasado.
El capitán le acogió como a un pirata más, no solo eso, le trataba como a su hijo; Logan se sentía mejor que en su propia casa y para él el malo no era el capitán, era Peter Pan.
jueves, 27 de abril de 2017
martes, 25 de abril de 2017
CON TODO MI AMOR
TITULO
Pulsaciones.
AUTOR
Javier
Ruescas y Francesc Miralles.
RESUMEN
Pulsaciones
es un libro escrito como si fuesen chats, en una red social llamada heartbeats.
La chica protagonista, Elia, tiene 16 años. Cuando Elia se hace su perfil la
acaban de regalar el móvil y se acaba de despertar de un coma. Ella no se
acuerda de los tres días anteriores a despertarse, tampoco como termino en coma,
no sabe con quien estuvo, que hizo y ni siquiera si se enamoró. ¿Te imaginas
despertarte y no acordarte de nada? ¿Y si nunca lo llegas a saber? A lo largo
del libro aparecerán ciertos personajes que resolverán grandes interrogantes.
FRASES INSPIRADORAS
"Phoenix
- A veces confundimos querer estar solos con la necesidad de estar con la
persona adecuada."
"Elia
- No... Ahora estoy más cerca de las estrellas. […]
Phoenix
- Al menos nos queda su luz como registro de su historia."
¿POR QUÉ ES ESPECIAL?
Bueno
este libro me lo regalo mi mejor amigo el día de mi cumpleaños, y aunque
literariamente haya libros mejores, este significa mucho por todo lo que saco
yo de él cada vez que lo leo. Esta historia representa más de lo que en un
principio se ve.
RECOMENDACION
Recomiendo
este libro a todas las personas como yo que devoramos libros, pero no tenemos
tiempo material para hacerlo, y este es un libro con mucho para poco tiempo.
lunes, 24 de abril de 2017
Nuestros libros
Como seguramente ya habréis observado, dentro de todo buen escritor hay un lector voraz. Leer las obras de otras persona nos ayuda a ampliar nuestros horizontes y nos llena de inspiración.
Con esta propuesta, coincidiendo
Estas son todas las cosas que me gustaría saber de vuestros libros:
* Título.
* Autor.
* Resumen (cortito, no os paséis, y por favor, NADA DE SPOILERS, es probable que alguno de vuestros compañeros se anime a leerlo y no tienen por qué saber quién muere al final).
* Frases inspiradoras (o las mejores frases) que encontréis en el libro.
*¿Qué lo hace tan especial para ti? Tal vez lo leíste en un momento de tu vida en el que necesitabas aprender algo que ese libro en concreto te enseñó, tal vez es fácil identificarse con los personajes, tal vez sus escenarios fantásticos te ayudan a escapar de la realidad....
* Recomendación (quién y por qué debería leerlo)
Esto, señoras y señores, se llama RESEÑA, y es de gran utilidad a la hora de elegir qué libros leer basándote en las opiniones de personas que ya lo han hecho. Os animo a que le pongáis cariño a la hora de escribirlo, recordad que habláis de vuestro libro favorito.
P.D: Leed los posts de vuestros compañeros, seguro que sacáis alguna idea interesante en cuanto a futuras lecturas. (E insisto en que podéis comentarles si os gusta lo que escriben, os prometo que no duele).
domingo, 23 de abril de 2017
Oasis
Me dijeron que podría, me dijeron que conseguiría convencer a la humanidad, hasta crearon un símbolo en mi nombre.
A ciegas creí en ellos, intenté decirles que no se fueran, pensando que me creerían, ¿Y qué es lo que recibo a cambio? Un planeta muerto y sucio, donde el único "ser" que camina soy yo. La única compañía que tengo son unas pocas IAs defectuosas con las cuales hablo sobre cosas sin ningún sentido aparente.
Sólo me mantiene vivo una historia, la cual me vino a la mente tras el Éxodo.
Sé que esa imagen está ahi mucho antes de la sala blanca, mi primer recuerdo.
Ese fragmento de mi perdida memoria muestra a un ser muy parecido al humano, junto a otra criatura alada. Ese "humanoide" se encontraba sobre una interminable extensión árida, con el único equipamiento de una semilla, tres cantimploras de agua y un poco de madera y carbón. En los primeros tres días apuró el agua de la primera cantimplora.
A partir del cuarto día, decidió ahorrar el agua de la segunda cantimplora, con lo que ésta le duró más de una semana.
En el quinto día, el ser que le acompañaba voló hacia el sur con un mensaje.
Al agotarse la segunda cantimplora, los días se le hicieron tan dolorosos como las grietas sanguinolentas de sus labios. Pero a pesar de todo, apenas le dio un trago a la tercera cantimplora, ya que pensaba que mas tarde le serviría de algo.
Un día, cuando parecía que sus fuerzas desaparecerían, observó una enorme roca rodeada por barro seco. Fue en ese momento cuando abrió la tercera cantimplora, introdujo la semilla que tanto tiempo había guardado en la tierra, y empezó a echarle agua.
La roca resultó ser una cueva, la cual durante el día le daba sombra y durante la noche le daba calor gracias al carbón.
Transcurrieron los días y la semilla se convirtió en un árbol que le proporcionó alimento. Varias semanas después un grupo de humanoides seguidos por aquella criatura alada llegó al lugar donde el precavido ser había establecido su hogar.
Éstos, sorprendidos, le preguntaron cómo había pasado de morirse de hambre y sed a tener un hogar, a lo que respondió:
-Para adentrarse en cualquier lugar, primero hay que ir preparado.
En ese momento el recuerdo se terminaba, dando lugar a unas lagunas que desembocan en mi "primer recuerdo". No sé cómo ha llegado esta historia a mi memoria, pero el caso es que me ha hecho saber que la esperanza es lo último que se pierde. Es por eso que tengo pensado hacer algo grande: voy a salir de algún modo de este sucio planeta, e iré hacia el paradero de aquellos que me abandonaron para reclamar venganza, pero antes de empezar mi viaje tendré que ir preparado.
A ciegas creí en ellos, intenté decirles que no se fueran, pensando que me creerían, ¿Y qué es lo que recibo a cambio? Un planeta muerto y sucio, donde el único "ser" que camina soy yo. La única compañía que tengo son unas pocas IAs defectuosas con las cuales hablo sobre cosas sin ningún sentido aparente.
Sólo me mantiene vivo una historia, la cual me vino a la mente tras el Éxodo.
Sé que esa imagen está ahi mucho antes de la sala blanca, mi primer recuerdo.
Ese fragmento de mi perdida memoria muestra a un ser muy parecido al humano, junto a otra criatura alada. Ese "humanoide" se encontraba sobre una interminable extensión árida, con el único equipamiento de una semilla, tres cantimploras de agua y un poco de madera y carbón. En los primeros tres días apuró el agua de la primera cantimplora.
A partir del cuarto día, decidió ahorrar el agua de la segunda cantimplora, con lo que ésta le duró más de una semana.
En el quinto día, el ser que le acompañaba voló hacia el sur con un mensaje.
Al agotarse la segunda cantimplora, los días se le hicieron tan dolorosos como las grietas sanguinolentas de sus labios. Pero a pesar de todo, apenas le dio un trago a la tercera cantimplora, ya que pensaba que mas tarde le serviría de algo.
Un día, cuando parecía que sus fuerzas desaparecerían, observó una enorme roca rodeada por barro seco. Fue en ese momento cuando abrió la tercera cantimplora, introdujo la semilla que tanto tiempo había guardado en la tierra, y empezó a echarle agua.
La roca resultó ser una cueva, la cual durante el día le daba sombra y durante la noche le daba calor gracias al carbón.
Transcurrieron los días y la semilla se convirtió en un árbol que le proporcionó alimento. Varias semanas después un grupo de humanoides seguidos por aquella criatura alada llegó al lugar donde el precavido ser había establecido su hogar.
Éstos, sorprendidos, le preguntaron cómo había pasado de morirse de hambre y sed a tener un hogar, a lo que respondió:
-Para adentrarse en cualquier lugar, primero hay que ir preparado.
En ese momento el recuerdo se terminaba, dando lugar a unas lagunas que desembocan en mi "primer recuerdo". No sé cómo ha llegado esta historia a mi memoria, pero el caso es que me ha hecho saber que la esperanza es lo último que se pierde. Es por eso que tengo pensado hacer algo grande: voy a salir de algún modo de este sucio planeta, e iré hacia el paradero de aquellos que me abandonaron para reclamar venganza, pero antes de empezar mi viaje tendré que ir preparado.
Chechenia
Recuerdo el frío. Ese frío que terminaba siendo tenebroso
cuando se metía dentro de nuestros huesos y los trasformaba en barrotes de
cristal. Todos lo sentíamos, pero no hablábamos de ello. No podíamos, porque al
hacerlo, al intentar movernos, resistirnos, el frío nos atrapaba y nos
convertía en hielo. Éramos frágiles. Nos podíamos romper en cualquier momento.
Estábamos presos en nuestro propio cuerpo.
Me cuesta, pero recibo el anhelo de un calor que una vez
llenó mi pecho. La primera vez que lo sentí fue en el colegio. Allí conocí a
Dmitri. Nos hicimos muy cercanos y la gente empezó a hablar. Solíamos
encontrarnos en lugares apartados, lejos de las miradas de los demás. Él solía
trazar un círculo imaginario alrededor nuestra y me decía: “Aquí, en estos
escasos metros, podemos ser nosotros. Ya no estamos en tierra chechena”. No sé
si el escondernos fue de valientes o de cobardes, pero se sentía tan bien...
Dos meses después de conocerle, unos hombres fueron a su
casa y se lo llevaron. Su familia dijo que estaba enfermo y que ellos lo iban a
curar. Sin embargo, se rumoreaba por las calles que lo tenían preso en una
cárcel clandestina al este de la región. Yo sabía lo que le estaban haciendo,
pero no fui capaz de alzar la voz.
Me encerré dentro de mi cuerpo y bajé la mirada para no
desafiar al mundo, pero también para no tentar a la suerte. Oí que desde Moscú
habían denunciado la situación en la que nos encontrábamos y cómo se estaban
violando los Derechos Humanos de una minoría social. Los altos cargos de
Chechenia dijeron que en sus tierras no existimos. Ellos se están encargando de
que así sea. Nos quieren exterminar como si fuésemos una plaga de cucarachas.
Al año de estas declaraciones, unos soldados vinieron a mi
casa. No me resistí cuando me cogieron del cuello y me encerraron en el
maletero de un coche. Sabía que me iban a matar. Iban a hacer por mí lo que yo
no había podido hacer porque tenía miedo. Frío. No podía seguir ocultando una
parte tan grande de mí. Me carcomía por dentro y me asfixiaba. Por eso, cuando
me preguntaron si era lo que soy les dije que sí con la mirada fija al frente
aguantando las lágrimas que amenazaban con salir. Me condujeron por un pasillo
lleno de jaulas y me metieron en una como si fuese un animal condenado de por
vida a ser el entretenimiento de los demás.
Tras dos días allí sin comer ni beber nada, pasaron el
cuerpo agonizando de un chico por delante de las jaulas. Era Dmitri. Le habían
estado torturando durante un año. Seguía vivo. Sus ojos brillaron cuando
nuestras pupilas se encontraron. Aparté la vista y comencé a llorar. No me lo
había permitido hasta ese momento para no mostrar debilidad. No quería que
ellos ganasen, pero sabía que lo iban a hacer igual. El mundo no fijó sus ojos
en nosotros. Nosotros dejamos de fijarnos en aquellos que viven felizmente
siendo quienes son. No queríamos seguir soñando con una libertad que se nos
había quitado simplemente por el hecho de amar.
Me despido después de haberme rendido ante el mundo y de
haberme rendido ante lo que soy tras haber estado luchando contra ello durante
demasiadas lunas. Ya no tengo fuerzas para luchar más, y si las tuviese tampoco
lo haría. Estoy cansado de luchar contra mí mismo, contra mi propia naturaleza.
Alek, a 20 de marzo de 2017 desde un campo de concentración para homosexuales en Chechenia, Rusia. 2017
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