viernes, 20 de octubre de 2017

Hermanos-- El comienzo de los problemas

Tras salir del boticario bajaron una cuesta que les conducía a un puente colocado, sobre un río, para poder ir al pueblo pero vigilándolo estaba Rick, un niño de la edad de Jack que no se llevaba bien con los hermanos, sujetando una para de hierro evitando que los hermanos cruzasen el puente. Jack intentó razonar con él, pero Rick no escuchaba, Nai intentó pasar mientras Jack hablaba con Rick pero este, para evitarlo, fue a golpearlo con la cara.
Al ver que no podían pasar por el puente decidieron cruzar el río a nado por lo que los hermanos se dieron la vuelta, bajaron una cuesta de rocas y se pararon justo frente al río, Jack fue a bajar pero Nai le agarró del hombro y dijo:
-Jack busquemos otro camino...
-No hay más caminos enano, además solo tienes que nadar unos metros-Respondió Jack.
-¡Pero no puedo hacerlo! Y lo sabes -Dijo Nai con miedo en su mirada.
El pequeño Nai no era capaz de entrar al río a causa de la muerte de su madre, lo cual causó un trauma al pequeño de los hermanos.
Hace no muchos años Nai y su madre salieron a pescar al mas un soleado día de primavera, se adentraron mucho al mar aún sabiendo que habría una tormenta. Pasaron horas hablando mientras pescaban y de repente apareció una lluvia torrencial y un fuerte viento, comenzaron a formarse olas de metros de altura que no hacían nada más que golpear la barca. Cuando una de ellas tiró a la madre al mar, Nai sabía que ella no sabía nadar a si que corriendo la agarró de las manos y comenzó a tirar intentando subirla de nuevo a la barca, pero la marea la empujaba hacia abajo Nai, al no ser muy fuerte, no pudo sujetarla por mucho tiempo ella comenzó a resbalarse de las manos des hijo pequeño, finalmente se resbaló y ahogó, desde ese día Nai no se ha vuelto a acercar al agua.


miércoles, 18 de octubre de 2017

La Liga de Leyendas Capitulo 4: Portal Zz´Rot

Unos días antes, en Jonia...

Rag´nor un ser morado, repugnante, lleno de extremidades puntiagudas y pinchos venenosos acababa de cruzar el portal que conecta Jonia con ese basurero entre mundos conocido por las gentes de Runaterra como el Vacío. Tras superar la común ceguera que sufren estos seres debido a la luminosidad del sol de Runaterra. El campamento montado allí por las criaturas del vacío poca relación tenía con el antiguo pueblo Jonio que habitaba allí hasta la apertura del portal. De echo resultaba hasta irónico pensar que la cultura pacifista del pueblo Jonio había sido sustituida por la sangrienta barbarie  de las criatura exiliadas del vacío en el momento en que aquel estúpido aspirante a mago conocido entre los habitantes del vacío como  Coldstance,  profeta del vacío, extasiado por las promesas de Rag´nor accedió a abrir el portal desde este lado. Desde aquel momento todo fue caos.
Algunos ciudadanos quedaron corrompidos por el poder del Vacío, quedando convertidos al instante en engendros morados, los pocos que lograron resistir fueron aniquilados por las fuerzas del vacío. Solo Coldstance sobrevivió aunque su mente quedo manipulada por el Vacío quedando mezclados sus pensamientos con los de los seres del Vacío.

En estos instantes una legión del Vacío se embarcaba hacia Noxus con Rag´nor y Coldstance al frente. Se trataba de una misión importante pues el mismo Rag´nor se había desplazado en busca de la runa oculta en Noxus.

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lunes, 16 de octubre de 2017

Impacto

Después de esta experiencia dudo de la habilidad humana para pilotar una nave espacial. Puede que ellos tengan una tecnología más avanzada que la nuestra, pero nada de eso sirve si no sabes aterrizar un zahedreo transbordador.
En todo caso, la culpa es mía: debí haberme esperado una semana más en vez de confiar ciegamente en las “dotes de pilotaje” de mis amigos.
Tras el impacto la cosa se puso patas arriba: el casco delantero de la nave se quebró, y el impacto nos sacó violentamente del vehículo. Por suerte los únicos que quedaron heridos fueron el perro y mi Fzylk, el resto estaba en perfecto estado, probablemente debido a esos incómodos trajes amortiguadores que llevábamos puestos.
-Y bien, ¿ahora qué hacemos?- Dijo Shen.
-Creo que es bastante evidente,- Contestó Jay.- Tenemos que encontrar a alguien dispuesto a ayudarnos y estaremos salvados.
-¡Para ti es fácil decirlo, Jay!- Gritó Dev, enfurecido-¡Tú no tienes una nave de la que responsabilizarte!
-¿Y por qué me echas la culpa a mí, si la idea fue de Shen?
-¡Encima a mí, si fue Zharken quien quería venir aquí!
-¡En cambio, fuisteis vosotros quienes me pidieron ir una semana antes!- Dije, con uno de mis mejores gritos.
-Fistis visitris quinis mi pidirin ir ini simini intis- Dijo Shen con un tono de burla- No sería mejor dejar de pelearnos y empezar a buscar ayuda?
-Si, estamos perdiendo el tiempo echándole la culpa a alguien.-Dije- Voy a activar el rastreador, si es que aún funciona.
Inmediatamente el holograma mostró formas de vida inteligentes a media hora del lugar de impacto. Mientras la IA de la nave se encargaba de cuidar a nuestras mascotas, nosotros nos dirigimos hacia la señal.
A la vez que caminábamos me percaté de que aún tenía el casco puesto. Me lo quité inmediatamente, permitiéndome llenar mis sacos aéreos con el ambiente cargado de helio de Qfil. Paseábamos a través de un bosque de árboles tirabuzón, unas curiosas plantas con forma de muelle. A medida que andábamos me permití el lujo de cambiarme un momento, pasando del apretado traje espacial a los complejos ropajes ketharís, los cuales buscaban simular alas.
-¿Echabas de menos tu hogar? – Preguntó Dev – Hará tiempo que no vengas aquí.
-La verdad es que no, vengo aquí todos los años, cuando vosotros tenéis vuestra “navidad”.
En ese momento, un chupapiedras se posó sobre el hombro de Shen. Éste, al percatarse, se tiró al musgoso suelo y empezó a chillar, espantando así al animal. A pesar de la situación comencé a reírme, recordando una de las cosas por las que dejamos a los humanos vivir en nuestro planeta, aunque de momento ninguno se ha asentado permanentemente.
-¿Cómo podéis vivir con algo así revoloteando a vuestro alrededor?-Preguntó Shen, aturdido por el susto.
-No suelen atacarnos, a pesar de su veneno casi mortal.-Respondí.-Sólo “comen” rocas, nunca he oído de nadie que haya muerto por la picadura de un chupapiedras.
-¿Pero qué tienen las rocas que puedan gustarle a esos bichos?-Preguntó Jay.
-Plantas.
-Eso no tiene sentido-Añadió.
-Tampoco lo tiene la reacción de Shen.-Dije.
El rostro de Shen enrojeció, mientras que los demás empezaron a reírse, incluyéndome entre ellos.
Una figura blanca apareció a medida que nos acercábamos a la señal, y la luz del azulado Harklinel comenzó a filtrarse por las hojas, llegando a un punto donde éstas habían desaparecido por completo.
El claro era bastante amplio, y en su centro un complejo formado por dos edificios blancos cilíndricos rompía el paisaje. Al acercarme me di cuenta de que las torres poseían una curiosa amalgama de arquitectura humana y ketharí: el aburrido minimalismo humano complementado por columnas en tirabuzón y arcos picudos.
-¿Y bien? – Preguntó Dev -¿Ahora qué?
-Si hemos aterrizado donde creo podremos quedarnos en las afueras, pero no nos dejarán entrar en los edificios.-Dije.
-Claro, Zharken, porque esa barrera de garaje sin levantar nos dicen que podemos pasar-Contestó Shen en tono sarcástico.
-No hay guardia, y no detecto formas de vida-Dijo Jay en ese momento.- Podríamos arriesgarnos.
-Tenemos tiempo de sobra- Añadió Dev.- Yo voy a entrar.
-Iré contigo. - Contesté.
-Y yo.- Dijo Jay.
-Ya empezamos...- Maldijo Shen.- Ya voy.
Efectivamente, no había ningún guardia vigilando, pero eso en vez de tranquilizarme me alarmó. Ese lugar estaba demasiado… vacío, y parecía algo muy reciente. El viento empezó a aullar violentamente, subido hacia arriba por el extremo calor veraniego.
Caminábamos por una superficie de asfalto completamente lisa, y las blancas paredes de las torres estaban hechas de granito, curiosamente sin ningún relieve elevado. Todo al mismo nivel, como el suelo. A veces me sorprende lo precisos que pueden ser los humanos a la hora de constuir, y también el interés que tienen en nuestras torres-prisma, que al parecer están hechas de algo llamado “diamante”.
Vi una sombra pasar detrás de mí, y más tarde, el detector de vida racional de Jay comenzó a chillar.
-¿Cómo? ¿De dónde han salido?
-Deben ser paredes muy gruesas- Dijo Dev.- creo que nos han pillado.
Me di la vuelta, y vi a tres guardias de piel azulada vestidos totalmente de negro. Uno de ellos era un Segunda Sangre. Instintivamente empezamos a correr, pero mis amigos me dejaron atrás en cuestión de segundos. De pronto, descubrí que iba directo hacia un poste bajo, el cual decidí saltar.
El salto me llevó a tres veces mi altura, si que debía estar alto ese sitio. Por desgracia no alcanzaba la valla.
En ese momento me acordé de lo que llevaba puesto, y decidí aprovecharme de eso para salir de aquí. Corrí con todas mis fuerzas, y cuando estaban a punto de atraparme extendí los brazos y volví a saltar.
El tejido ligero y la estructura del traje ketharí me permitieron aprovechar la corriente de aire para elevarme más, y así poder utilizar el viento a mi favor.
Desde el aire vi que mis amigos habían conseguido escapar y se habían juntado con otra persona. Levanté mis brazos para que la manga inferior se llenara cual paracaídas, me elevé, crucé la valla y fui descendiendo a medida que me acercaba al grupo.
Cuando estuve demasiado cerca, pude distinguir el rostro severo y arrugado de mi amo de jardín.

-Hola, Zharken.-Dijo, con un tono pícaro.- ¿Volviendo a casa a escondidas?

La Liga de Leyendas Capítulo 3: Promesa de caballero

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Ring!!!!!!!!!! ,¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Ring!!!!!!!!!!

- ¡Oh, vaya! Mi videoemisor esta sonando - dijo Rayder mientras lo cogía.- Es el Comandante Ryze

- Como ya sabéis la situación está complicada desde la abertura del portal en  Jonia. Desde allí se movilizan las  hordas del vacío hacia todo Valoran. Nuestros espías  nos han informado de una pequeña facción de combatientes de élite que se disponen a marchar hacia Noxus. Vamos en busca de una antigua runa arcana escondida allí por un antiguo Buscador de Runas en época del emperador Mordekaiser y su Bastión Inmortal. Por desgracia no sabemos el lugar exacto. Haceos con ella. Cambio y corto. ¡Pip!

-Una misión excitante, nada de buscar runas en el centro de la selva- dijo Akheya.

-Sí, y podremos visitar Noxus, lugar de origen de los más poderosos guerreros- contesté- aunque a ver como soporto la maldición.

-Perfecto, y podré comprar un nuevo báculo, y un libro de hechizos, a ver si así puedo librarte de la maldición.

- Una arquera Vastaya, un hechicero Yordle y el  asesino humano maldito, un grupo variopinto el nuestro- comenté.

Y así fue como nos embarcamos en aquella peligrosa aventura.


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