Tras salir del boticario bajaron una cuesta que les conducía a un puente colocado, sobre un río, para poder ir al pueblo pero vigilándolo estaba Rick, un niño de la edad de Jack que no se llevaba bien con los hermanos, sujetando una para de hierro evitando que los hermanos cruzasen el puente. Jack intentó razonar con él, pero Rick no escuchaba, Nai intentó pasar mientras Jack hablaba con Rick pero este, para evitarlo, fue a golpearlo con la cara.
Al ver que no podían pasar por el puente decidieron cruzar el río a nado por lo que los hermanos se dieron la vuelta, bajaron una cuesta de rocas y se pararon justo frente al río, Jack fue a bajar pero Nai le agarró del hombro y dijo:
-Jack busquemos otro camino...
-No hay más caminos enano, además solo tienes que nadar unos metros-Respondió Jack.
-¡Pero no puedo hacerlo! Y lo sabes -Dijo Nai con miedo en su mirada.
El pequeño Nai no era capaz de entrar al río a causa de la muerte de su madre, lo cual causó un trauma al pequeño de los hermanos.
Hace no muchos años Nai y su madre salieron a pescar al mas un soleado día de primavera, se adentraron mucho al mar aún sabiendo que habría una tormenta. Pasaron horas hablando mientras pescaban y de repente apareció una lluvia torrencial y un fuerte viento, comenzaron a formarse olas de metros de altura que no hacían nada más que golpear la barca. Cuando una de ellas tiró a la madre al mar, Nai sabía que ella no sabía nadar a si que corriendo la agarró de las manos y comenzó a tirar intentando subirla de nuevo a la barca, pero la marea la empujaba hacia abajo Nai, al no ser muy fuerte, no pudo sujetarla por mucho tiempo ella comenzó a resbalarse de las manos des hijo pequeño, finalmente se resbaló y ahogó, desde ese día Nai no se ha vuelto a acercar al agua.
Ya esta Ángela matando y causando traumas, que raro...
ResponderEliminarPor cierto pone mas en vez de mar XD.
P.D. Soy M.Pablo
bien, capitulo dos y ya tenenemos que matar a alguien.
ResponderEliminarComo debe ser
No hagas caso Ángela, hasta en las historias pastelosas de Disney hay alguna muerte (sobre todo de madres), ¡ánimo!
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