sábado, 28 de abril de 2018

La verdadera felicidad no cuesta dinero.

Hace tiempo observo un ínfimo hechizo,
de esos que obnubilan los sentidos,
fugaz estela, alumbra cielos pero
tórnase en sombrío gris sin parecerlo.
Prístino estigma desde quién sabe cuándo,
cobra el papel primordial mas sin embargo,
nunca debiera hacerlo,
misma discusión en alma y cuerpo.
Créase la manija del planeta,
olvidando al amor, al lamento;
<<¡cómo si pudiera una veleta,
escoger hacia dónde sopla el viento! >>
Tenue titilante humo escarlatino,
ni compararse al píar de un jilguero,
es como un vacío llenando el infinito,
como de sequías hacer un reguero,
la verdadera felicidad no cuesta dinero.