Sentí como un extraño poder corría por mis venas, replegando mi alma a un oscuro rincón de mi consciencia donde permanecía como un mero espectador mientras un ente maligno controlaba mi cuerpo. Una voz empezó a hablar usando mi boca:
-Llevo 400 años encerrado en esa maldita espada. Da gusto volver a estirar las piernas, aunque no sean las mías.
Me alejé del templo completamente poseído y empecé a mirar en derredor.
la voz volvió a hablar y dijo:
-Como ha cambiado el mundo desde que aquel estúpido rey me confinó en el interior de la espada.
Entonces recibí una pedrada en la cabeza y me desmayé.
Cuando desperté me encontraba tendido bajo la sombra de un árbol. Al levantar la cabeza me encontré con el rostro una mujer Vastaya. Tenia las plumas de un color rojizo y sus ojos tenían un brillo verde turquesa.Lucia una capucha de cuero negro, llevaba un carcaj a la espalda y un arco de madera en la mano.
-¿Q? ¿Quien eres? ¿D? ¿Donde estoy?
- Me llamo Akheya. Me encontraba con mi compañero yordle, Rayder en ciudad de bandle cuando detectamos una fuerte energía mágica en el templo. Al llegar allí Rayder me dijo que notaba una extraño espíritu en tu interior, así que....... te lanzé una piedra.
En ese momento apareció un pequeño yordle peludo parecido a un gato. Llevaba en la mano un pequeño báculo de madera de roble que rezumaba magia. Llevaba una túnica azul claro que le llegaba hasta los tobillos con unas costuras ornamentales plateadas. Dijo:
-Hola, veo que has despertado. Soy Rayder el mago yordle. Intente eliminar al espíritu de tu interior, pero era demasiado fuerte. Solo he conseguido apartarlo pero debes concentrarte para que no se apodere de ti.
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