lunes, 23 de enero de 2017

No todos...

No todas las personas son monstruos, pero sí que todos los monstruos son personas.
Una frase que mires por donde lo mires tiene toda la razón.
El ser humano es el único ser vivo capaz de sentir y ser consciente de sus acciones, pudiéndose detener a pensar en las consecuencias de sus éstas.
Pero no todos lo ponen en práctica. Hoy en día hay muchas personas muy crueles que disfrutan con el sufrimiento de los demás y es que siempre va a haber alguien que apoye los malos actos. Actos realizados con el único fin de hacer daño a una persona o animal, ya sea física o psicológicamente.
Ejemplos podrían ser el bullying, siempre va a haber niños o personas que hagan de menos a otras, que les  agredan ya sea a base de golpes o de palabras hirientes. Esto conlleva, cómo no, una consecuencia y es que la persona a la que se le esté atacando va a llegar a tal grado que acabe creyéndose las cosas que digan los demás. Esa persona va a acabar sufriendo  por culpa de alguien que jamás pensó en como sus acciones repercutirían en algún momento. Aunque, algo que tampoco nadie se ha parado a pensar es en que el bully, es decir, la persona que se mete con aquellos a los que considera inferiores a él o ella, esa persona, también a sufrido o está sufriendo. Nosotros, desde afuera, sólo nos fijamos en la persona que es atacada sin pararnos a pensar en por qué el agresor hace lo que hace. Normalmente lo hacen para descargarse, para liberar el estrés o la angustia que están sintiendo.
Como con todo, se nos hace muy fácil juzgar a los demás, tanto por su físico como por su personalidad o simplemente por las apariencias pero, ¿saben qué? Las apariencias engañan.
El ser humano es el único monstruo, sin darte cuenta y con las palabras equivocadas podemos hacer sufrir a alguien e incluso provocar algo mucho más serio.
Muchas personas han pensado alguna vez en lo increíble e impresionante que sería tener superpoderes, algo así como que te pique una araña radioactiva y de la noche a la mañana tengas superpoderes. Hay gente que quisiera tener el poder de volar, crear, transformarse o superfuerza pero, ¿para qué? Es decir, ¿en qué te haría feliz? Y os voy a decir una cosa, todo ser humano ya cuenta con superpoderes, porque con las palabras adecuadas puedes mantener a una persona que te quiera y que te apoye a tu lado posiblemente por el resto tu vida. Que con un te quiero puedes hacer feliz a alguien o con un detalle o una sola palabra sacarle una sonrisa. Con ello obtienes el poder de crear, de crear una bonita y duradera amistad o puede que incluso un romance. Pero al igual que puedes crear, también puedes destruir, puedes destruirle la vida a alguien con decir algo feo o con insultarla, esa persona puede llegar a sentirse tan mal y pensar que esa vida no es para ella. Pensar en cuál es el motivo de su existencia. Con esa clase de pensamientos se puede llegar a cometer una locura, algo que no sería justo, porque no sólo estarías afectando a esa persona que tomó tal decisión, sino que también estarías afectando a su entorno, a esos seres queridos que le querían.
Y es que no nos fijamos en la fuerza de nuestras palabras.
Las personas que agreden físicamente, esos cobardes que se ganan el "respeto" a base de golpes , esas personas lo único que consiguen es ganarse el miedo de los demás, pero las palabras... las palabras duelen más. Hacen más daño.
Por eso es que la gente dice que las palabras duelen más que los golpes.

Mini relato que más bien se ha convertido en un sermón y me disculpo con antelación por mis faltas de ortografía y por haberme repetido demasiado

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