miércoles, 18 de enero de 2017

AFFLATO

Nada más ver la propuesta del personaje, me acordé de esa escurridiza amiga que conocí a una temprana edad. Aunque me haya acompañado desde pequeño, el primer recuerdo que tengo de ella se remonta a un día indefinido, de la escuela primaria.
Me encontraba yo en clase de Lengua, cuando de pronto, el profesor sugirió una propuesta que nos dejó a todos pensativos. Teníamos que hacer una investigación sobre algo que nos pareciera curioso o nos hiciera reflexionar. Aun siendo una nimia tarea, me encontraba perdido, sin saber qué investigar.
Entonces apareció ella, y como un foco, iluminó mis ideas. Sentí su fluidez, su gracia y su delicadeza.
Embelesado, me dejé llevar. Nunca había sentido nada igual, me deleitaba en las letras que me mostraba. Ella me guiaba, y yo sólo me deslicé entre las palabras hasta que encontré la idea perfecta.
Pletórico, me dispuse a escribirla pero, antes de que el bolígrafo rozara el papel, vi cómo la idea se iba revoloteando al lado de mi grácil amiga.
En el momento en que se fue, supe con certeza que no volvería a ver a esa idea. He intentado acordarme, pero simplemente no conozco el camino hacia ella.
Por el contrario, mi dulce amiga se ha manifestado siempre que lo he necesitado. Me acompaña y me conduce por su exótica ruta, durante unos instantes.
Pero ,¡oh ella!, cuanto más la buscas, más se esconde.
Por ello, desde que vi la propuesta he estado aguardando a mi amiga, sabiendo que no me fallaría.
Poco a poco, han ido pasando los días y he ido observando resquicios de su presencia.
Tengo claro que debo escribir sobre ella, aunque no sepa cómo.
Hasta hoy, ya que si estáis leyendo esto, significará que mi amiga me ha hecho una visita.

1 comentario:

  1. Tofi, cada vez que creo que no puedes sorprenderme más, vas y lo consigues. Muy buen trabajo, es un placer leerte.

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